AL TEODOLITO. (Tránsito)
Sentimientos bellos, gratos, la mujer, la flor inspiran, pero son ojos ingratos, torpes, ciegos si no miran
que es injusto que no haya un poema a cada cosa, a aquella que siempre calla y no es bella como rosa.
La que a veces se convierte en tu diaria compañera, necesaria, pero inerte a tu lado en tu carrera.
Y lo más abstracto a veces: una fórmula, un teorema. Paguémosles no con creces: hagámosles un poema.
Al tránsito, que al inicio de una obra está presente, lo importante de su oficio debemos tener en mente.
Por el campo va pasando casi en forma inadvertida y a su paso va dejando precisión en la medida.
Se acompaña para el caso casi siempre de una cinta que le ayuda a cada paso y a cada huella que pinta.
Y sin tropiezo se siguen una ficha, una baliza; lo mismo todos persiguen: delinear a toda prisa
el terreno de una casa, un lote para edificio, de un rancho o milpa la traza, sin sentir el sacrificio.
Y al aparato cargando o siguiendo en el intento, la cuadrilla irá avanzando sin dar tregua ni un momento. |
.Y siempre con mano ágil al tránsito manejando, y a cual niña bella y frágil delicado trato dando.
Observando atentamente a través de la plomada óptica, suavemente se le deja bien centrada.
El tripié moviendo, dando a las gotas buen destino, y muy pronto nivelando con tan acertado tino.
Se revisa finalmente la plomada y el nivel, moviendo sensiblemente al centro del punto aquel.
Aflojando movimientos general, particular, dando giros suaves, lentos, hasta en ceros colocar.
Y si algún inoportuno no cambia la posición del tripié o tornillo alguno, da comienzo la función.
Se ajusta el particular y se observa por el lente, para tratar de encontrar el punto rápidamente.
Cuando está sensiblemente encontrada la señal, se debe tener en mente ajustar el general.
Y la precisión final final en un segundo se da usando del tangencial hasta que exacto ya está.
JAMD UNAM ENEP Acatlán. 1979. |