SONETO
En la bifurcación de tus anhelos
sólo llegué al exordio cristalino
que entre tu hesitación y mis desvelos
me cruzó de improviso en tu camino.
Sintiendo impulso tierno que fascina
me hice fiel esclavo con un beso,
y al límite mi alma se empecina,
con tu avieso flirtear, grato, travieso.
Ecuánime seguí ya en adelante
Peleando por borrar esa querencia
y olvidar lo mejor de aquel instante.
Luché en oscuros sueños sin sosiego;
surgí a la claridad con persistencia,
conteniendo ilusión, cariño y fuego.
JAMD 1980