Adobes deslavados
y madera vieja.
Encontré a los abuelos
en nichos postrados
orando en pareja,
rumiando sus duelos.
Sonriendo cansados,
sin mostrar desvelo,
cual néctar que deja
su fe de alto vuelo.
Sus días afanados,
encuentran
consuelo
sin llanto y sin queja
mirando hacia el cielo.
Adobes deslavados
se tornan gemelo
de madera vieja:
mi origen, mi suelo.