LA CUCHARA SOPERA (La estrategia guerrera contra el narco)
Es de todos conocido el tumor que nos afecta, en el cerebro metido, cada día se manifiesta que está... pero muy crecido por más golpes que le asestan.
El laser pasa desviado, la radiación se regresa, el bisturí está acabado. El doctor tiene sordera, y siempre tiene en la mesa una cuchara sopera.
Médico de cabecera, lo ataca con mucho apuro, sin tino pero muy duro. Y tanto se desespera que utiliza duro y duro una cuchara sopera.
En todo el orbe se sufre esta misma enfermedad, mas cada país la trata de diferente manera. Casi nadie usa en el mundo una cuchara sopera.
Del norte nos echan flores por cada neurona muerta, pero acá crecen temores pensando que no es manera; la herida está más abierta con la cuchara sopera.
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Nos vienen luego a decir que es el camino correcto, sin poder intervenir con una incisión certera, usando como instrumento una cuchara sopera.
Desde el vecino del norte a diario llegan recursos; algunos para curarlo y los más para empeorarlo, por eso está muy difícil que se llegue a erradicarlo.
El tumor se ha desbordado y afecta a muchas neuronas. Ha sido tan presionado que salpica por doquiera, y tiende a afectar más zonas con la cuchara sopera.
El enfermo está muy débil, le falta alimentación. Su mejora es fin estéril, y qué destino le espera? Dénle sopita de letras con la cuchara sopera.
Se requiere que el paciente tenga alguna actividad, porque si útil se siente mucho se va a mejorar. Si ni trabaja ni estudia qué tan sano ha de pensar?
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La herramienta mencionada no la dejen en la mesa que aún con sangre marcada no falta quien la quisiera para poder despacharse con la cuchara sopera
Les dejo esta reflexión deseando que esto no empeore, y que ya en otra ocasión les cante de otra manera, cuando den usos mejores a la cuchara sopera.
Necesitamos primero el laser bien calibrado, corregir las radiaciones, bisturí bien afilado. La cirugía es quimera con la cuchara sopera.
Debemos tener cuidado de no matar al paciente, pues el remedio aplicado no brinda alivio siquiera. Nuestro paciente ha empeorado con la cuchara sopera
De nuestro lábaro, el rojo va invadiendo al verde y blanco. La sangre corre a raudales y nuestra hermosa bandera se nos rompe en mil pedazos con la estrategia guerrera.
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2011